
Pero me equivocaría.
Dudé mucho, muchísimo. Estuve a punto de
declinar y por un impulso de última hora me acerque al cine, dispuesto a
abandonar la sala a la primera escena gore.
Insisto: me equivoqué. Train to Busan
es una peli estupenda y sorprendente, un atrevimiento temático en una
cinematografía más acostumbrada a la rareza zen y a la poética visual (al menos
es el tipo de cine coreano que llega a España).
Train to
Busan
parte de una situación muy cotidiana, casi de sábado por la tarde. Pero la
película (que arranca muy inquietantemente, por cierto) transcurre de modo
creciente en el interior de un tren que lleva a un padre divorciado con su hija
para que ésta vea a su madre, que vive en Busan, el día de su cumpleaños. El
resto de personajes no son solo secundarios, sino que ellos mismos constituyen
una historia que escolta muy bien a la principal.
No es excesivamente sangrienta, no hay
profusión de vísceras, se puede ver sin asco ni preocupaciones cardiacas. Sólo
tres personas se fueron del cine, y dos de ellas a los 15 minutos, antes de que
la epidemia zombie invadiera la pantalla.
Si tuviera que ponerle una pega diría que su
extensión, casi dos horas. Hay un momento en que la historia sólo necesita
cierre y ya sabemos que los zombies han tomado prácticamente el tren y las estaciones
intermedias. Hay un cierto desparrame en su segunda mitad. Pero el final es
estupendo, poético incluso.
O sea, que sin prejuicios, una peli puede que
sin la categoría de obra maestra, pero sí muy estimable. Por supuesto, se puede
ver en clave metafórica, cómo no.
Título original: 부산행 Busanhaeng
Año: 2016.
Duración: 118 m.
Nacionalidad: Corea del Sur.
Dirección: . Yeon Sang-ho
Guión: Yeon Sang-ho.
Música: Jang Young-gyu.
Reparto: Gong Yoo, Ma Dong-seok, Ahn So-hee, Kim Soo-an, Jung Yu-mi, Kim Eui-sung,Choi Woo-sik, Jung Kyung-mi, Shim
Eun-kyung, Choi Gwi-hwa...
Puntuación: 7 sobre 10