miércoles, 31 de mayo de 2017

TRAIN TO BUSAN

Si me dicen que me vaya a ver una peli coreana de zombies, lo que hago es salir por patas, huyendo de tan indecente propuesta.

Pero me equivocaría.

Dudé mucho, muchísimo. Estuve a punto de declinar y por un impulso de última hora me acerque al cine, dispuesto a abandonar la sala a la primera escena gore. Insisto: me equivoqué. Train to Busan es una peli estupenda y sorprendente, un atrevimiento temático en una cinematografía más acostumbrada a la rareza zen y a la poética visual (al menos es el tipo de cine coreano que llega a España).

Train to Busan parte de una situación muy cotidiana, casi de sábado por la tarde. Pero la película (que arranca muy inquietantemente, por cierto) transcurre de modo creciente en el interior de un tren que lleva a un padre divorciado con su hija para que ésta vea a su madre, que vive en Busan, el día de su cumpleaños. El resto de personajes no son solo secundarios, sino que ellos mismos constituyen una historia que escolta muy bien a la principal.

No es excesivamente sangrienta, no hay profusión de vísceras, se puede ver sin asco ni preocupaciones cardiacas. Sólo tres personas se fueron del cine, y dos de ellas a los 15 minutos, antes de que la epidemia zombie invadiera la pantalla.

Si tuviera que ponerle una pega diría que su extensión, casi dos horas. Hay un momento en que la historia sólo necesita cierre y ya sabemos que los zombies han tomado prácticamente el tren y las estaciones intermedias. Hay un cierto desparrame en su segunda mitad. Pero el final es estupendo, poético incluso.

O sea, que sin prejuicios, una peli puede que sin la categoría de obra maestra, pero sí muy estimable. Por supuesto, se puede ver en clave metafórica, cómo no.

  
Título original:  부산행 Busanhaeng
Año: 2016.
Duración: 118 m.
Nacionalidad: Corea del Sur.
Dirección: . Yeon Sang-ho
Guión: Yeon Sang-ho.
Música: Jang Young-gyu.




Puntuación: 7 sobre 10

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