
Y en
eso va y se muere. Una de las grandes, de las que daba hondura y veracidad a
cada una de las películas en las que participaba. Además de las que se han
citado estos días, recomiendo ver La
puerta abierta, una de las dos o tres mejores películas del año, con Terele
merendándose a los demás, que hacen por cierto también un gran papel.
Vamos
a El bar. Me gusta su director, Alex
de la Iglesia. Me parece un tipo desmadrado y salvaje, una especie de Tarantino
patrio que, por cierto, me hace bastante más gracia que el estadounidense. Me
sorprendió en Acción Mutante y
alcanzó la cumbre con El día de la bestia.
Después… Creo que después ha sido devorado por su estilo. Sigue fiel a él, pero
no alcanza esos hitos (no he visto La
comunidad, de la que me hablan muy bien).
En El bar se cuenta la historia de un grupo
de parroquianos de un bar como hay tantos en Madrid, regentado por Terele
Pávez. Uno de ellos sale y le pegan un tiro; sale otro y lo mismo. No sabemos
por qué. El arranque es apoteósico, brillante. Pero una vez ha explotado la
acción, la película languidece entre la planta baja y el sótano, con personajes
en perpetua lucha por la existencia, devorándose unos a otros.
A la
película la salvan los actores, todos estupendos. Pero nada más. No acabamos de
saber ni de entender y esa visión hobbesiana de la especie humana (tan querida
por Alex de la Iglesia) alcanza su punto de aburrimiento que a mí no me acaba.
O sea
que se deja ver y casi se va olvidando cuando salen las letras.
Título
original: El bar.
Año: 2017.
Duración: 102 minutos.
Nacionalidad: España.
Dirección: Alex de la Iglesia.
Guión: Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Reparto: Blanca Suárez, Mario Casas, Secun de la Rosa,
Carmen Machi, Jaime Ordóñez,Terele Pávez, Joaquín Climent, Alejandro Awada,
Jordi Aguilar, Diego Braguinsky, Mamen García…
Puntuación: 4 sobre 10