Había leído que era una agradable comedia.
Pero para que algo sea una comedia tiene que provocar sonrisas, risas y
carcajadas, según su estilo. Si Dios lo
quiere sólo logra lo primero y en los minutos iniciales, cuando asistimos a
la presentación de los personajes. A partir del minuto 15 todo se desvanece,
languidece, se agota.
Este es el resumen: el hijo de una
familia pija de Roma estudia medicina. Sus progres padres están dispuestos
aceptar que es homosexual, pero… no, es que le ha dado la vocación sacerdotal.
Así, de repente. Y aparece como causante un cura que parece salido de un
programa de monólogos, regenerado de un pasado carcelario por la religión. El
padre no quiere, investiga al sacerdote…
Podría ser una situación de enredo, pero
no funciona. Tampoco funciona como comedia dramática: las carencias de los
personajes son como de juguete y las consecuencias en la madre y la hermana del
cura in pectore son para troncharse
de la risa, patético, ridículo.
A veces parece que el director quiere
ser Nanni Moretti, al que emula en varias secuencias sobre la moto, pero eso
produce sonrojo por comparación. No debe uno decir tan manifiestamente que es
un aprendiz porque puede que hasta el maestro se ofenda (por lo poco que ha
aprendido, claro).
En definitiva, ranciedad vaticanista,
supuesto mensaje de empatía, buenista hasta el empacho, tontorrona, sin gracia.
Nada en ella funciona, salvo… Bueno, no encuentro nada que salvar.
Título original: Se Dio vuole.
Año: 2015.
Duración: 87 minutos.
Nacionalidad: Italia.
Dirección: Edoardo Maria Falcone.
Guión: Edoardo Maria Falcone, Marco Martani.
Reparto: Marco Giallini, Alessandro Gassman, Laura Morante, Ilaria Spada, Edoardo Pesce,Enrico Oetiker, Carlo De Ruggeri, Giuseppina Cervizzi, Alex Cendron, Fabrizio Giannini, Silvia Munguia…
Puntuación: 2 (sobre 10)
Uyyy!! Odio el buenismo, así que no pienso picar con esta película (y menos tras leerte).
ResponderBorrarEs tan empalagosa, tan moña, que dan ganas de abrazar a todo el mundo. Pero seguro que tiene su público...
BorrarNo la he visto y, tras leerte, tampoco me quedan ganas...
ResponderBorrarAbrazo!
Bueno, tampoco te fíes de mí. Hace poco vi la penosa e insustancial "Las amigas de Ágata" y la gente salía del cine sin pegar fuego a nada, algunos incluso con el gusto por lo que habían visto marcado en el rostro.
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