domingo, 31 de enero de 2016

UNA PALOMA SE POSÓ EN UNA RAMA A REFLEXIONAR SOBRE LA EXISTENCIA

Nada menos.

La verdad es que uno ya está muy de vuelta de unas cuantas cosas, aunque esté yendo aún a todas las demás. Una de las cosas de las que está muy de vuelta es de este tipo de experimentos a mayor gloria de los puretas, divinos e impostadores de la voz. Postureo se llama ahora. Postureo de intelectual, claro.

Una peli sueca, así, de entrada, me suena a Bergman, es decir, a sufrir, pensar y angustiarme. Es un prejuicio, claro, que estoy dispuesto a mandar al quinto cuerno en cuanto pase el primer minuto. Pero pasa ese minuto, y el segundo, el tercero… Y parece que llevo una hora. Cuando pasa la hora me pregunto por qué estoy aún en el cine y no hago como los tipos listos que abandonan la sala. Pasa otra hora y nadie me indemniza.

Lo que he visto es una sucesión de planos-secuencia en los que absurdamente se repiten situaciones, frases y personajes sin más hilo lógico que el desconcierto por la existencia y el día de la marmota en versión sueca.

A la salida me sorprendo. A algunos les ha gustado y hablan precisamente de eso, de que hay una indagación sobre la existencia y no se cuantas cosas más que yo no he acertado a ver. Es más, ni siquiera cabe aquí lo de “excelente factura técnica”: hasta la fotografía es penosa, de grano gordo y tonos desvaídos, como de peli antigua mal coloreada. Pero será a propósito, sin duda. Será eso lo la reflexión sobre la existencia.

Llego a casa. Leo a Kierkegaard y me pone mucho más.



Título original: En duva satt på en gren och funderade på tillvaron (A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence).
Año: 2014.
Duración: 101 minutos.
Nacionalidad:  Suecia.
Dirección: Roy Andersson.
Guión: Roy Andersson.
Reparto: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson, Oscar Salomonsson, Roger Olsen Likvern...
   


2 (sobre 10)

martes, 5 de enero de 2016

EL PUENTE DE LOS ESPÍAS

Si fuera otro el que hubiese filmado está película, me gustaría. Al ser Spielberg también me gusta, pero menos.

El puente de los espías tiene eso que se llama excelente factura técnica. Una recreación de ambientes y lugares verdaderamente fantástica. Algunos inolvidables: estoy pensando en los recorridos por las calles de un Berlín oriental que no acaba de salir de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. También son especialmente emotivas y bien rodadas las escenas del salto fallido del muro o del derribo del avión. Bien, esto está muy bien.

Pero el resto de la película arrastra sin remedio una sensación  muy pegajosa de déjà-vu. Han sido demasiados años de pelis de espías, de guerra fría, de política de bloques. Y ahora llega Spielberg… y no ofrece nada nuevo. Sólo su buen hacer, su magisterio, sus medios. Y unos actores que están a la altura de las circunstancias, aunque mi preferido sea el espía ruso y su humor que asoma en su rostro en el que nada asoma.

El mensaje de las más de dos horas es el mismo de siempre: los valores de Estados Unidos, el empeño de la persona que conoce su deber frente a los que quieren impedírselo, la constitución de USA como undécimo mandamiento… Una moralina que atufa la película y que no aporta nada nuevo; es más, proporciona un retrogusto rancio que evoluciona mal en cerebro los días siguientes.




Título original: Bridge of Spies .
Año: 2015.
Duración: 135 minutos.
Nacionalidad:  Estados Unidos.
Dirección: Steven Spielberg.
Guión: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen.
Música: Thomas Newman.
Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Alan Alda, Jesse Plemons, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston...
   

6/10