La verdad es que uno ya está muy de vuelta de unas cuantas
cosas, aunque esté yendo aún a todas las demás. Una de las cosas de las que
está muy de vuelta es de este tipo de experimentos a mayor gloria de los
puretas, divinos e impostadores de la voz. Postureo se llama ahora. Postureo de
intelectual, claro.
Una peli sueca, así, de entrada, me suena a Bergman, es
decir, a sufrir, pensar y angustiarme. Es un prejuicio, claro, que estoy
dispuesto a mandar al quinto cuerno en cuanto pase el primer minuto. Pero pasa
ese minuto, y el segundo, el tercero… Y parece que llevo una hora. Cuando pasa
la hora me pregunto por qué estoy aún en el cine y no hago como los tipos
listos que abandonan la sala. Pasa otra hora y nadie me indemniza.
Lo que he visto es una sucesión de planos-secuencia en los
que absurdamente se repiten situaciones, frases y personajes sin más hilo
lógico que el desconcierto por la existencia y el día de la marmota en versión
sueca.
A la salida me sorprendo. A algunos les ha gustado y hablan
precisamente de eso, de que hay una indagación sobre la existencia y no se
cuantas cosas más que yo no he acertado a ver. Es más, ni siquiera cabe aquí lo
de “excelente factura técnica”: hasta la fotografía es penosa, de grano gordo y
tonos desvaídos, como de peli antigua mal coloreada. Pero será a propósito, sin
duda. Será eso lo la reflexión sobre la existencia.
Llego a casa. Leo a Kierkegaard y me pone mucho más.
Título original: En duva satt på en gren och funderade på tillvaron (A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence).
Año: 2014.
Duración: 101 minutos.
Nacionalidad: Suecia.
Dirección: Roy Andersson.
Guión: Roy Andersson.
Reparto: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson, Oscar Salomonsson, Roger Olsen Likvern...
2 (sobre 10)
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